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SAN CARLOS-TARRAGONA-TORREDEMBARRA-JAPÓN

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , , , , on 15/03/2011 by retovueltaalmundo

La torre de Torredembarra.

No se trata de ninguna travesía en barco esta vez, qué más quisiera, sino de un periplo en mi furgoneta, cargada con la herramienta y con la “amarilla”, la bicicleta que siempre me acompaña.

Parece que mi llamada de “auxilio”-esa entrada que publiqué con el Mayday y mi dirección de correo- va dando sus frutos y se me va requiriendo para algunos trabajos. Trabajos que me van llevando ahora de puerto en puerto, aunque por carretera. Desde aquí quiero agradecer su confianza a los que se han puesto en contacto conmigo y me procuran estas pequeñas faenas en sus barcos.

El sábado 12 salí muy temprano de San Carlos hacia Tarragona, para asistir a un seminario sobre tratamientos de la osmosis en los barcos de PRVF(fibra de vidrio), que es asunto que trae de cabeza a muchos navegantes que tienen su barco construido en este material, y que son la mayoría. A pesar del madrugón llegué tarde, porque llovía a mares y ya llevaba así toda la noche,  de modo que la N 340 amaneció como una interminable piscina plagada de señales para que nadie nadase a más de 80 o a más de 100 km/h, y donde los camiones que venían de frente saludaban al pasar, como un niño gordo y embrutecido, con una aguadilla inacabable de las que salía uno sin saber  si estaba boca arriba o boca abajo, si el agua nos caía del cielo o es que había decidido regresar proyectada hacia él. Luego ya, en los tramos de la A-7 se nos permitía marcarnos unas brazadas a 110, y allá se lanzaron todos alegremente, los grandes y los pequeños.

A mí esto del 110, ahora, hasta cierto punto como que me da igual, porque con siete litros escasos de gas-oil  a diez euros la ración, no me queda otra que templar la voracidad de mi furgoneta no pasando de 90, pero dejando aparte mi caso tengo la opinión de que hay otras cosas que hacer antes que ocuparse en discurrir este tipo de sandeces. Y no puedo evitar decir esto a raíz del susto que tuve ese mismo día y de la tragedia que presencié en el mismo sitio al día siguiente. El sábado yo llegué nadando al estilo perro hasta Tarragona y a ratos me podía consolar pensando que navegaba a 50 nudos.

El seminario antes mencionado se impartía en sesiones de mañana y tarde y durante el descanso del mediodía yo aproveché para llegarme hasta Torredembarra, donde había quedado para ver un trabajo en un barco amarrado allí y donde a la semana siguiente ya tenía convenido carenar otro que en principio el martes 14 habría que traer desde Tarragona. Una feliz coincidencia si podía empalmar los dos trabajos seguidos en el mismo lugar, pero una felicidad condicionada a que de una vez dejase de llover.  En la rápida escapada de Tarragona a Torredembarra no paró, aún es más, tuvo a bien acompañarse de un viento no muy fuerte pero racheado y frio, que unido al gris uniforme que teñía el paisaje y al vaho de los cristales pintaba un universo desapacible y mermaba bastante la visibilidad.

Buscando el puerto de Torredembarra  viniendo por la A7 la señalización vertical es confusa, se interrumpe de repente, uno cree que lo han abocado hacia la autopista AP7 cuando el letrero anterior indicaba también la N340 y cuando ya se cree destinado a pasar por un peaje reaparece otro letrero indicando lo contrario. Para quien no se conozca el lugar y circule sin navegador, un día cualquiera es un fastidio; un día como el sábado un volantazo me libro “in extremis” de meterme en la autopista en dirección contraria.

Como la visita al barco a reparar fue incomoda y parcial bajo una lluvia que arreciaba por momentos, regresé a Tarragona habiendo quedado para el domingo con el dueño del barco con el fin de revisar todo aquello a fondo y confeccionar una lista detallada de los trabajos a realizar. Acabado el seminario, que durante la tarde de dedicó a realizar algunas prácticas con laminados y resinas, compartí un café con algunos de los asistentes, cofrades de la Taberna del Puerto y con Agustín, quien lo impartía y al que yo ya conocía de antes, y me quedé a hacer noche en Tarragona, alojado en el amplio camarote de mi furgoneta y haciéndome un hueco entre las cajas de herramienta y los diversos bártulos que allí se acomodan. Aparqué cerca del náutico, porque unos compañeros tuvieron la amabilidad de prestarme una llave para acceder a las duchas y así comenzar el domingo bien limpio y fresco.

El domingo amaneció endomingado, radiante y luminoso, y con el ánimo que un cambio así propicia me puse en camino otra vez a Torredembarra. Al llegar, cerca del punto donde el día anterior había tenido el susto pero en el sentido opuesto, los mossos  de escuadra estaban desviando la circulación. Un poco más adelante todos pudimos ver un enorme tráiler blanco cruzado de  parte a parte sobre la vía y bajo la cabina del camión los restos espeluznantemente desmenuzados de un coche rojo. No es necesario entrar en detalles. Más tarde me fui enterando; cuatro muertos, dos mujeres y dos niños;  al parecer invadieron el carril contrario, inexplicablemente;  luego no debió de ser así sino que iban en contradirección;  empiezan los periódicos a contar que aquello ya venía siendo un punto negro de la N340;  más tarde los alcaldes de las poblaciones aledañas declaran que ya venían denunciando hace tiempo que la señalización  y los accesos son confusos o están mal diseñados, ect.  Por esto venía en parte mi comentario acerca de los dichosos 110.

¿En qué coño estamos pensando? Imagino que no seré el único al que le pasa que cuando circula por una zona que desconoce buscando una dirección o  llegar a donde quiere, en algunos sitios, se vuelve loco con la señalización y acaba conduciendo de forma errática y dubitativa, exasperando al que viene detrás, dando frenazos  y maniobrando al final de forma peligrosa.  Pero ésto, tan sencillo de solucionar con un poco de sentido común y algunos medios humanos y muy pocos materiales, no se soluciona hasta que pasa lo que ya no tiene solución ninguna.

Y mientras, los medios humanos y materiales,( muchos, por cierto), estaban agazapados en las rotondas, tras un arbusto en un tramo con el límite de velocidad rebajado o tras la primera curva junto a un restaurante donde se celebran bodas; cuando no dedicados a encargar, pagar y colocar miles de pegatinas para que no se circule a 120, cosa que en realidad ya no hacía casi nadie, sino a 110 en aras de un hipotético ahorro de combustible. Y que todo esto estará muy bien y al parecer debe ser necesario y hasta imprescindible, pero digo yo que la realidad demuestra, a veces de forma dramática, que antes habría que ponerse a hacer otras cosas.

Bueno, ya lo he soltado. Ya sé que esto no viene muy a cuento en este blog, pero es lo que me ocurre y últimamente, mi única expansión: poder escribir en él lo que quiera.

Yo sigo aquí, en Torredembarra, bajo la lluvia que no cesa (porque ya llevamos dos días así, lo del domingo fue un espejismo) y trabajando, poco y malamente con este tiempo, la verdad, en el barco que vine a ver el domingo. El otro, el que tengo que carenar, ha retrasado el traslado hasta el jueves que parece que viene bueno.

También esta uno, desde el sábado, día a día,  casi a cada momento en que puede ver la televisión o leer el periódico, en Japón. Yo, como estoy aquí sólo, no sé si la gente en Zaragoza o en San Carlos, o donde sea, hablará de ello.  En mi caso lo prefiero así, porque no tengo palabras, no sabría que decir; pero el caso  es que no se me va de la cabeza.

Y aquí la lluvia sigue cayendo, mojándolo todo, mojando mis herramientas y encharcando la cubierta, filtrando agua hacia una sentina que intento secar. Mojándome yo, que llevo dos días en que no me siento seco del todo, impidiéndome trabajar  o deshaciendo lo que tenia hecho.

Y quisiera uno quejarse contra esta impertinencia liquida que tanto le contraría y tanto le exaspera.

Y uno piensa en todo lo demás y acaba por descubrirse la cabeza, contemplar la lluvia y decir:

-¿Qué coño?,    ¿Qué más da…?.  Que llueva si quiere.

Luis Miranda, 15 de Marzo de 2011, flotando en otro barco en el puerto de Torredembarra.

CINCUENTA,QUINIENTOS,CINCUENTA MIL. GRACIAS.

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50, 500, 50.000.-

Ayer día 24 de Febrero se dio la curiosa circunstancia de que estas tres cifras tan redondas coincidieron en este blog.

50 Entradas o post, como se prefiera, publicados por mí.

500 Comentarios vuestros en respuesta a estas entradas.

50.000.- Visitas al blog.

Hoy ya esta coincidencia se va desdibujando porque el avance diario del blog va añadiendo picos a la fugaz tersura de esta redondez numérica.  Esta misma entrada que ahora escribo hace la nº 51;  mi más entrañable critico, el ínclito Tranquilitatix, añadió  ayer noche una protuberancia de buen tamaño a la morada esfericidad del número quinientos como autor del comentario 501. Vosotros, ahora mismo, con vuestras visitas, ya habéis borrado los tres últimos ceros del 50.000.

Y ¿Qué importa todo esto?

Muchos dirán, y no sin cierta razón, que esto no tiene ninguna importancia. Para mí, para el autor de este blog, el protagonista de “esta película que me he montado”, (como llama a mi proyecto el autor del comentario 501), sí que estas cifras tienen su trascendencia;  y no me estoy refiriendo desde luego a ninguna interpretación cabalística (esa coincidencia es una mera casualidad) sino al hecho de que representan a una respetable cantidad de personas que se interesa por lo que hago, por lo que me pasa o por lo que intento llevar a cabo.

Y  aunque el blog es una consecuencia colateral y accidental de mi proyecto, éste interés, sinceramente, me hace ilusión (Ya sé que no me expreso con la necesaria rudeza) y espero que se me permitan estas breves reflexiones; y ya de paso que se tolere mi sentido del humor con cierta benevolencia.

Mi primer impulso es nítidamente de agradecimiento. Ciertamente necesito daros las gracias a  los que visitáis este blog pese a todo; a pesar de mis altibajos, a pesar de que nada está saliendo como estaba previsto y anunciado, pese a mi silencio de este verano, pese a eso que algunos llaman mis desvaríos y tantas cosas más. Gracias a los que  hacéis el esfuerzo de escribirme comentarios, porque aunque algunos no los conteste o tarde mucho en contestar, todos, sean amables o críticos, me enseñan algo y desde luego son la muestra evidente de que existe una comunicación, y esta evidencia es la que muchos días difíciles se convierte en mi única alegría. Así que de forma claramente egoísta, descarada y criticable pero sincera, os animo a que  me escribáis; con o sin contemplaciones, más largo o más corto, pero si alguien siente el impulso de echarme una mano, ésta es una las formas de hacerlo.

Una segunda cuestión que me podrían plantear estas cifras, y la exposición pública que implican, sería la de la generación de un compromiso. Ciertamente no siento esa presión; simplemente porque mi resolución de llevar a cabo lo que me he propuesto es absoluta.  Tal vez, por la forma en que me expreso y por lo que he contado aquí, haya transmitido una impresión de mi persona excesivamente positiva en algunos aspectos pero débil en cuanto a la solidez de mi determinación o a mi fortaleza mental. Tengo que decir que no es así. Si en algún aspecto me siento seguro y fuerte es precisamente en  este.  Aunque se alejen en el tiempo y se compliquen las cosas, no pierdo de vista mis objetivos; y mi mejor baza es saber aguantar y mantener la calma.

Respecto a mis conocimientos y habilidades, siempre los estoy poniendo en duda, y es mi trabajo diario el cuestionarlos y el ampliarlos. En cuanto a mi forma de expresarme en este blog, no estoy dispuesto a hacer concesiones ni conmigo mismo; me parece claro que si la gente tiene la amabilidad de leerme es mi obligación esforzarme en escribir cada vez mejor, y si deseo transmitir unas sensaciones, creo oportuno permitirme ciertas licencias aunque éstas desvíen mis textos  de derroteros más  prosaicos y funcionales. Mi mayor debilidad ahora mismo es la económica, y no se me van a caer los anillos por remitir a quien no la haya leído aún a mi entrada de hace unos días: MAYDAY MAYDAY MAYDAY.

Un último aspecto, creo que positivo, de lo que pueden significar estas cifras radica en el hecho de que este proyecto no constituye únicamente un reto de navegación a vela, sino que está animado por unas intenciones o reivindicaciones  que quedan claramente plasmadas en la página de este blog Pequeña reflexión acerca de la náutica en España y en su lista de Objetivos, que me consta han leído miles de personas. De modo que aunque este proyecto de momento no sea otra cosa que palabras, acaso sí  haya conseguido  siquiera de forma muy humilde, difundir y dar a conocer otra imagen y otras posibilidades acerca de este mundo para mí maravilloso y tan, a veces, insospechadamente  complejo y enriquecedor; con implicaciones que alcanzan mucho más allá de lo que pudiera ser un deporte o una afición. Por supuesto no nos vamos a detener aquí.

Ya me he extendido más de lo que pretendía así que lo dejo por hoy.

Y, otra vez, gracias a todos.

Luis Miranda, 25 de Febrero de 2011, desde el Vito.

EL SONIDO Y LA FURIA.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , on 23/02/2011 by retovueltaalmundo

Ahora que ya he podido dormir, que he podido hacerme algo caliente para comer, que ya volvemos a disponer de suministro eléctrico y ya funciona otra vez la wi-fi del puerto;  pero sobre todo ahora que ya los gallardetes penden lacios de sus drizas y las jarcias han dejado de silbar enmudecidas de asombro en medio de esta tarde tan quieta, tan apacible, tan soleada.

Ahora que la cabina de este pequeño barco que me aloja ha dejado de parecer el interior de un vagón de metro desbocado, arrojado a una aceleración inacabable, a una ciega determinación por descarrilar.

Ahora que la superficie del mar ha dejado de hervir y de levantarse pulverizada en furiosas andanadas blancas.

Ahora que ya no oímos los latigazos secos y terribles de las velas destruyéndose, despidiéndose  de nosotros, impotentes, en largos jirones como manos gigantescas.

Ahora que ya no inunda el cielo el espectáculo increíble de quinientos mástiles cayendo unánimes para volver apenas a levantar y caer, siempre caer; juntos, como un desolado bosque de metal agonizante.

Ahora que ya no se escucha crujir a los pantalanes, empujados por los cascos empeñados en tumbarse, en tirar de sus amarras como una manada de elefantes malheridos.

Ahora que ya podemos caminar erguidos, que ya descansan nuestros oídos y nuestros nervios de casi doce horas de tableteo infernal, que ya no nos asaltan los alaridos de la rachas…

Ahora me siento y escribo esto:

Ayer, día 22 de Febrero de 2011, en San Carlos de la Rápita, desde la una de la madrugada hasta las doce del mediodía,  sufrimos un temporal de viento de cojones. Y ya me disculpareis el exabrupto.

Comenzó a soplar de Norte y fue rolando a Noroeste para acabar luego Oeste y disolverse después del mediodía en vientos de dirección variable.

La velocidad del viento se mantuvo alrededor de los 50 nudos y en las rachas subió hasta los 60 y 70, dando la  máxima a las 10:15 con 86 nudos.(159,2 Km/h).

Una noche y una mañana muy largas para todos aquí, para los que vivimos en el barco y para los marineros de Sant Carles Marina, que pasaron lo suyo corriendo de un destrozo a otro y ayudando a la gente de los barcos.

Ahora todo ha vuelto a la normalidad, con algunos destrozos, pero subyace en el recuerdo el sonido y la furia, lo evidente de nuestra insignificancia ante la potencia de los elementos.

Os dejo un vídeo, o dos…no sé.

Luis Miranda, 23 de Febrero de 2011 desde el Vito.

MAYDAY – MAYDAY – MAYDAY.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on 18/02/2011 by retovueltaalmundo

Bueno, señoras y señores; mi situación es catastrófica.

Que nadie se alarme, no me estoy muriendo, pero a veces se ve uno en la necesidad de hablar claro.

Antes de nada quisiera aclarar algo acerca de la tontería de la araña, porque veo que ha dado lugar a las más diversas interpretaciones y no quiero que nadie piense que me he vuelto loco.

Yo tengo una carpeta donde escribo sandeces de esta índole cuando preciso de algún desahogo y lo hago con el mismo espíritu e intención con la que otro marcharía a un bar a meterse un par de güisquis entre pecho y espalda.  En mi caso,  además de que me dejarían peor,  yo ahora mismo las copas ni las podría pagar,  de modo que me siento y escribo estas cosas; naturalmente sin propósito de que nadie las lea. Y ya voy teniendo una buena colección.

El domingo por la noche no había forma  de dormir. Fui al baño, vi a la araña otra vez y me senté a escribir; y en lugar de ir a la carpeta fue a parar al blog.  Sentía la necesidad de publicar una entrada, pero sinceramente, estaba bloqueado.

Cometí esa imprudencia, lo siento. Eso es todo.

Volviendo al tema de mi situación; tengo tantos problemas que considero ocioso enumerarlos ahora,  además de que cada uno tendrá los suyos y muchos probablemente más graves, y no vamos a entrar aquí en la tan recurrente competición por ver quién esta mas jodido.

Como ya no tengo problemas de amor y de salud tampoco, excepto los de salud mental que tan amablemente me diagnostican, tal y como enumeran en la famosa canción ya solo me quedan los de dinero; los que su ausencia ocasiona, claro está; que no es el caso que pierda el sueño por no saber dónde invertir estos o aquellos miles. El caso es que estoy pasando graves apuros.

Y la verdad es que yo, personalmente, apenas preciso de una ridícula cantidad. Habiendo tenido de todo, últimamente he aprendido a vivir con lo mínimo;  y si esta precariedad es un trámite más en la consecución del proyecto que me anima, la puedo sobrellevar con una amplia sonrisa y hasta reírme abiertamente  de los avatares, a veces cómicos, que en el día a día te depara. Además me sirve de entrenamiento. No es éste mi drama.

Pero cuando esa precariedad ya empieza a afectar a otros el asunto cambia radicalmente y la sonrisa se te hiela en los labios. Y los míos ya llevan algunos meses cianóticos, y es que este invierno está siendo muy duro.

Yo, aparte de mi exigua manutención tengo unas obligaciones mensuales que atender (no sé si os sonará la palabra hipoteca)  como casi todo el mundo,  y cuyo retraso amenaza directamente a mi familia. Es mi espada de Damocles, es mi canto vespertino, mi canto matutino, contigo me acuesto, contigo me levanto, con la Virgen María y el espíritu Santo…pues así.   Además, al tener el barco del proyecto inicial desmontado en un local, ese que yo llamaba “el astillero” y no haber llegado a buen fin las gestiones para que el Ayuntamiento tomase el arriendo a su nombre, he acabado contrayendo deudas en el pueblo.

Es cierto que voluntariamente rechacé la subvención de 6000 euros en efectivo que el Ayuntamiento me concedía (para mí en aquel momento toda una fortuna), y cuando tenga oportunidad de explicar tan insólito proceder creo que todo el mundo me entenderá y que cualquiera hubiera hecho lo mismo en mi situación.

Dicho esto, y como contrapunto que ahora podría rayar en el absurdo, tengo que aclarar que lo explicado no implica que vaya a renunciar a mi proyecto. Es más, estoy perfectamente dispuesto a zarpar para esta primera vuelta con escalas prácticamente con lo puesto, equipando el barco con material de segunda mano y embarcando mis herramientas para, como se suele decir, “buscarme la vida” en aquella parte del mundo donde sea menester.

Eso sí, antes de zarpar tengo que dejar resueltos los problemas antes mencionados, y en el caso de los que atañen a mi familia, cuando menos durante el tiempo que vaya a estar en travesía. Este es mi objetivo y la condición ineludible, y tal vez la razón de que me sincere en estas líneas.

Alguien se preguntará de qué vivo, como hago para sobrevivir y atender, mal que bien y casi siempre con onerosos retrasos, a las obligaciones que antes he mencionado. Pues hago de casi todo: Careno barcos, los lijo, los pinto, hago reparaciones en fibra, (en realidad reparo lo que sea necesario), armo mástiles, doy clases particulares de vela o de navegación, hago de patrón si se me requiere, traslado barcos de un puerto a otro, los reviso y pongo a punto para el traslado y en fin, cualquier cosa para lo que se me solicite. Tengo herramienta y una vieja furgoneta y me puedo mover. Pero puedo hacer otras muchas cosas. La empresa que yo tenía y mi trabajo “de siempre” eran un estudio de interiorismo y una ebanistería, y mi faena cotidiana proyectar reformas y diseñar interiores y mobiliario personalizados, además de llevar las obras y toda aquella locura de los gremios, desde la tabiquería hasta la última tela de una cortina. En consecuencia no tengo problema en instalar unos muebles, montar un suelo de tarima o una cocina, o diseñarlos y preparar los planos. Y lo que no sé hacer lo aprendo rápidamente si es necesario.

Algunos, en algún comentario a este blog, me habéis preguntado en ocasiones en qué me podríais ayudar. Ahora de verdad necesito ayuda.

También alguien me animaba en otro comentario a que pusiera un nº de cuenta, imagino que para recibir pequeñas ayudas o donaciones. Esto es algo que no voy a hacer. Si alguien hubiera querido o quisiera ayudarme de esa forma imagino que ya habría encontrado los medios de hacerlo.

Lo que si voy a hacer y de hecho estoy haciendo es aprovechar que sois muchos los que leéis este blog cada día para pediros que si necesitáis o conocéis quien pueda necesitar de alguno de los trabajos que he mencionado me tengáis en cuenta. Y espero que aprovechar esto no se considere un abuso, pero lo cierto es que necesito trabajar mucho más, lo que sea necesario; y que de tratarse de un dinero destinado a mi persona no me hubiera atrevido jamás a escribir estas líneas.

Hay otra actividad que vengo realizando y de la que no he hablado hasta ahora. El pasado mes de Noviembre el propietario de una pequeña editorial náutica leyó los apuntes de mis cuadernos de bitácora durante mi travesía en solitario de Septiembre. Para mi sorpresa me propuso que escribiera un libro, cosa que me pareció en principio fuera de lugar, tanto por la entidad de la travesía como por mi supuesta competencia como escritor. Estábamos hablando de un libro y no de una entrada de un blog o un artículo. Pero me convenció y como las noches son largas y las paso prácticamente insomne poco a poco empecé sin demasiada convicción. A fecha de hoy “aquello” ya tiene 110 páginas y empieza a tomar la apariencia de una realidad, pero preferiría hablar de ello en otra ocasión.  Ahora lo que me quita el sueño es mucho más prosaico y tiene que ver con lo que os contado más arriba.

Sé que esta entrada ha sido muy larga así que os agradezco vuestra paciencia.

Dejo aquí mi correo personal por si alguien quisiera ponerse en contacto conmigo:

sailmiranda@gmail.com

Quiero añadir aquí, en previsión de posibles problemas, que el que suscribe y después de grandes esfuerzos tiene dada de alta su actividad en Hacienda, en la Seguridad Social y suscrito un seguro de Responsabilidad Civil para cubrir sus trabajos.

Luis Miranda, a 17 de Febrero de 2011, desde el Vito.

RAZONAR DE LAS ARAÑAS.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on 14/02/2011 by retovueltaalmundo

Tengo una araña  en el cuarto de baño de mi barco. Llamar cuarto de baño a aquello podría resultar pretencioso a cualquiera que lo visitase, pero no lo hago por envanecerme, es una deferencia hacia la araña. La araña esta posada o a ratos pende de un hilo del grueso tubo blanco que asciende desde el depósito de aguas negras hasta el boquerel  de succión en cubierta. No parece muy ocupada y las más de las veces la descubro con sus patas recogidas bajo la esfera marrón de su cuerpo de araña color chocolate. Realmente no se que pretende colgada de allí, días y días, porque insectos o posibles presas no veo yo que circulen por mi cuarto de baño en estas fechas; y tampoco creo que se complazca en contemplar mis micciones.

Mi primer instinto al descubrirla fue naturalmente  el de aplastarla, el de arrancarla de allí de un manotazo o protegido de la repugnancia del contacto por un trozo de papel, capturarla arrojándola inmediatamente después por la borda.  Pero una reflexión me contuvo; ¿Para qué? ¿Era razonable temer algún tipo de agresión o de ataque por su parte?

Lo cierto es que no conocía su filiación como araña, aunque bien podría indagarla si me permitiera observarla con una lupa para anotar sus características e iniciar después un cotejo en algún catálogo de arañas.  El problema  es  que la bestia persiste en su actitud de replegamiento, sentada sobre sus cuatro pares de patas en la posición del loto, silente y meditabunda en su indiferente desafío a la gravedad.  Debería entonces provocarla con alguna molestia para que en su reacción se me mostrase completa;  incitarla tal vez a caminar o a lanzarse al vacio sujeta por la seda al tubo que la aloja.

Imagino que es absurdo increparle; aunque reconozco que en alguna ocasión, al agacharme para manipular el grifo de fondo o mientras accionaba el vástago de la bomba, le he dirigido la palabra sin resultado.  Pero no me ha sorprendido; no parece razonable pretender que semejante animal se muestre muy locuaz.

Albergo además la sospecha de que las arañas, en general, sean sordas; pero en el caso de la araña de mi cuarto de baño es tal la inmovilidad que la domina, tan pertinaz su apatía que empiezo a contemplar la posibilidad de que este tullida, tal vez enferma, y de no tratarse de una diminuta araña, o como argumento aún mas excluyente,  de no estar refiriéndonos a un ser vivo que ha fijado su domicilio voluntariamente en el cuarto de baño de mi barco, diríase que percibe alguna subvención o le han confiado la elaboración de algún informe.

No sé qué hacer. No sé qué es lo correcto. No me importuna como lo hacen las moscas o los feroces e insidiosos mosquitos. Aun en mi absoluta ignorancia me doy perfecta cuenta de que no es una migala sudamericana de patas y abdomen pilosos lo que se aferra a la existencia en el cuarto de baño de mi barco. Esta araña, a lo que he podido ver, se presenta perfectamente depilada y no hay nada amenazador en su aspecto;   acaso si en su terrible silencio, en su inquietante inmovilidad.

¿De qué remota noche de los tiempos proviene este terror atávico, ancestral, por estos bichos?

¿A qué jugaban las arañas con nuestros antepasados?

¿Quién cazaba a quién? Entonces.

Tal vez ese pánico inevitable a las arañas que viaja en las generaciones, grabado como el reflejo involuntario de cubrirnos el rostro ante la inminencia del golpe, como la huida ante la amenaza, no sea sino la consecuencia, la síntesis soportable de un recuerdo insoportable.

Tal vez las arañas;  más antiguas, más simples, más pragmáticas, aún lo recuerden.

Acaso lo que le suceda a la araña que habita agazapada en el tubo de plástico blanco que atraviesa el cuarto de baño de mi barco es que está aterrorizada.

Que su pánico nazca del hecho incomprensible de que aun observándola cada día no la haya aplastado.

Yo, el humano; peludo, despeinado, hirsuto pero ahora gigantesco;  tal vez en la penumbra del cuarto de baño sin ventanas, en esta otra cueva de otro tiempo…

Mi araña este, simplemente,  muerta de miedo.

Luis Miranda, a 13 de Febrero de 2011, desde el Vito

31 de Enero de 2011.

Posted in Uncategorized on 31/01/2011 by retovueltaalmundo

Siento no haber podido continuar con la tercera parte de DOS VUELTAS AL MUNDO el viernes como anuncié en la última entrada, pero un vecino de pantalán me pidió que trasladase hasta San Carlos el barco que acaba de comprar, un Beneteau First 30 del año 83, ya que él no tenía tiempo.

Tuve que marcharme fuera el fin de semana y dedicar un día a aparejarlo mínimamente ya que aunque el barco está muy bien, llevaba parado en su amarre varios años sin navegar, y todo andaba un poco anquilosado.

El nombre del barco tiene su “aquel”, se llama “Paciencia”. Así es que con paciencia y pasando bastante frio ya lo he traído a su nuevo hogar en San Carles Marina, pero es que ahora mismo, como podréis comprender, yo me apunto a un bombardeo. Más si se trata de navegar.

Me pongo ahora a ver si escribo ésta entrada que tengo pendiente e intentaré colgarla esta noche, o mañana a más tardar.

He añadido tres vídeos nuevos en la BODEGA DE VÍDEOS, por si los queréis ir viendo.

Hasta pronto.

Luis Miranda, 31 de Enero de 2011 desde el VITO.


El «Paciencia», el viernes 28 en el varadero del Náutico de Oropesa

EL ESTADO DE LAS COSAS.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on 27/01/2011 by retovueltaalmundo

Muy rápidamente. Cuelgo esta entrada para intentar responder a una cuestión muy concreta que se ha planteado en los últimos comentarios. Prefiero hacerlo así a contestar directamente en cada comentario porque imagino que esto es algo que os estaréis preguntando muchos.

La cuestión a la que me refiero es la del cambio de barco para esta primera vuelta;  esta “previa”, llamémosle así, que me he planteado hacer antes de acometer el proyecto original tal y como está concebido.

¿Qué más quisiera yo que poder zarpar a este nuevo viaje con mi Puma, con el “Pilar Ortiz”?

Pero la realidad es que el Puma esta tan desmontado, “deconstruido” hasta tal punto que no tiene vuelta atrás. Su único camino pasa por terminarlo con las modificaciones y preparación que en un principio diseñé para una circunnavegación sin escalas, sin asistencia, sin el motor de gas-oil y por la ruta del Sur.

Tan solo llevarlo a su estado original sería varias veces más costoso que la mínima preparación que necesita el “Vito“para poder zarpar.  Y no hay dinero. El “Vito” es un Dufour 1800, un 25 pies;  casi la misma eslora del Puma 26 pero con una tonelada menos de desplazamiento. Para que todo el mundo me entienda, los dos miden aproximadamente 8 metros pero el Puma “pesa” 2.800 kilos y el Dufour, el “Vito”, 1.800.

Desde luego que es un barco menos adecuado,  pero el “Vito” ahora mismo tiene velas, tiene palo, navega y esta a flote.   Es lo que hay y me basta.

Este pasado Septiembre, sin conocerlo, hicimos juntos 800 millas en alta mar, con unos medios más bien precarios, y nos paso de todo;  temporales, una embarrancada, averías, casi media travesía sin piloto automático…pero también momentos maravillosos. El Mediterráneo es “ansí”.  No es el Puma, desde luego, pero tiene sus virtudes; es rápido y navega bien, y aguantó lo que aun no me explico. Preparándolo adecuadamente y sin gastar mucho, para un viaje CON ESCALAS y con una ruta flexible me sirve.

En cualquier caso ahí queda lo que puede dar de sí un velerito de 25 pies del año 1980, tal cual llevaba en su amarre un año parado y sin más electrónica que la radio y un gps a pilas. Y lo que va a dar.

A veces pienso que muchos de los que leéis este blog no sois conscientes de la diferencia tan determinante que existe entre acometer una circunnavegación con escalas o sin escalas en un velero en el límite del tamaño, aun contemplando tan solo la preparación del barco, los materiales, los equipos, todo.  Los costes, sencillamente, no son comparables.  Pero más adelante lo voy a explicar con detenimiento.

Éste es el estado de las cosas y con lo que hay me tengo que arreglar. Es el punto de partida desde el que tengo que volver a empezar, y como el objetivo sigue siendo el mismo, si hay que dar un rodeo de 30.000 millas, pues de da, que seguro mucho se aprende y algo queda.

Yo estoy dispuesto.

Mañana intentare seguir con la tercera parte de DOS VUELTAS AL MUNDO y continuar con la explicación de todo esto.

Luis Miranda, 27 de Septiembre de 2010 desde el Vito.

Os dejo un vídeo del 13 de Septiembre con el Vito a punto de doblar el cabo Dartuch y completar la vuelta a Menorca.

DOS VUELTAS AL MUNDO 2ª parte.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , , , , on 22/01/2011 by retovueltaalmundo

Navegando con el «VITO», Canal de Mallorca, 14 de Septiembre de 2010.

Aquí estoy de nuevo.

Parece que ya alguien, por el último comentario que he leído en la entrada anterior,  ha resuelto la ecuación. No sé si de forma consciente, ó inconscientemente llevada por el mismo título de la entrada. Probablemente seáis muchos los que habéis llegado a la misma conclusión, pero parece que nadie se animaba a reflejarlo en un comentario.

Efectivamente, la solución para poder dar esa vuelta al mundo tal y como esta descrita en mi proyecto inicial y que ahora mismo, por falta de medios y patrocinadores, es imposible, es dar dos;  hacerla dos veces, circunnavegar el planeta primero una vez y luego otra.

Esta es mi solución, lo que he decidido hacer, mi respuesta a la situación en la que me encuentro.

Ya imagino que esto resultará cuando menos chocante para muchos; casi puedo ver algunas cejas levantadas hasta ocultar la frente, los ojos muy abiertos, la inmediata pregunta en la boca: ¿Pero con qué nos sale este tío ahora…?.

Lo sé;  y aunque hace tiempo que lo tengo decidido nadie sabe el vértigo que me produce escribir aquí estas líneas.  Pero todo tiene su lógica y si analizamos todo lo que ha ocurrido en este último año, desde que hice público mi propósito, y el porqué, veremos que todo conduce a esta solución.

Porque la otra raíz, la otra X; es decir,  abandonarlo todo y volverme a casa, nadar de vuelta a la orilla y dejarlo estar; esa otra alternativa ya quedó claro que no la considero, que no voy a abandonar lo que me he propuesto hacer ni a dejar de lado las ideas, los motivos y el espíritu que animan este proyecto. Tampoco estoy dispuesto a permanecer otro año en tierra esperando o buscando unos patrocinadores y unas ayudas que, si no cambio mis circunstancias, se que no llegarán jamás.

Tendré que arreglármelas con lo que tengo a mano, con mis medios y mis herramientas y salir, a no tardar mucho, con lo que tenga. Sólo este primer viaje, ahora con escalas y por una ruta menos exigente, aunque con un barco  aun de menor entidad que el Puma, hará posible el otro, el de mi proyecto original.

A partir de ahora en este blog empezaremos a hablar de otras cosas. Primero explicaré la lógica y los motivos de esta decisión. Luego ya hablaremos de cómo preparar este viaje, de cómo acondicionar un barco, demasiado pequeño y demasiado ligero para esta travesía y de cómo hacerlo con lo mínimo. También de las escalas posibles y de la ruta. De todos los elementos que se podrán ensayar o de algún modo poner a prueba con vistas al segundo viaje.

Muchas veces las cosas que nos enseña la mar las podemos aplicar en la vida y una de ellas es que se ha de ser firme pero flexible a la vez, quizá mejor que firme, tenaz.  Uno puede querer llegar a un puerto y tener la mar contraria en un rumbo directo.  Ni se desiste de alcanzar el puerto ni tampoco se obceca uno en mantener su rumbo batiendo contra una mar que rompe de proa y que por fuerte que seas cuando quiera te destruirá. Hay que variar el rumbo, posicionar el barco donde conviene, negociar las olas, aliarte con su fuerza y aprovecharla, no llevarle la contraria, acariciar el agua en lugar de romperla. Darás un gran rodeo pero llegarás a puerto.

Y tal vez ese rodeo haga el viaje aun más hermoso…

Luis Miranda, 21 de Enero de 2010 desde la sala de lectura de Sant Carles Marina.

DOS VUELTAS AL MUNDO 1ª parte.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , on 14/01/2011 by retovueltaalmundo

Bueno, considero que ya hemos pensado bastante.

Y a juzgar por la extensión de algunos comentarios que acabo de leer, observo que algunos muy intensamente, y desde aquí quiero agradecerles la molestia de escribirme tan largas reflexiones, que sin duda, siempre me serán de utilidad.  Y es que en alguna ocasión se han acercado bastante a lo que yo entiendo pueda ser la explicación a porqué las cosas han sucedido como han sucedido. Casi.

Aunque también he de decir que tal vez el tono de estas primeras entradas de 2011 no haya sido bien interpretado; seguramente porque no he conseguido explicarme bien, o no he acertado con el tono que realmente se corresponde con mi estado de ánimo real, con mi verdadera, y tan denostada a veces, actitud.

No me decido, pues;

Cero en conducta…. ó, cero en redacción.

No lo sé. Da igual ahora en cualquier caso. Solo apuntare que el tono pretendía ser optimista y que para nada, éste que escribe, pretendía ni ha pretendido en ningún momento dar lástima. Es cierto que muy pocos me conocéis personalmente y aun menos con la suficiente intimidad como para saber que aunque adolezco de abundantes y graves defectos, la falta de presencia de ánimo y de sentido del humor hasta para reírme de mi mismo cuando me doy motivos (casi a diario) no están precisamente entre mis carencias. También entiendo que muy pocos conocéis al detalle las circunstancias que me condicionan, (se entenderá que aquí no puede uno publicar absolutamente todo) y en consecuencia cada cual mete en la ecuación los datos de que dispone, y a veces, así sale. Dejémoslo en que en este caso la ecuación sea de segundo grado y concedamos que tenga, al menos,  sus dos incógnitas.

Vamos a despejarlas.

Volvamos para ello la vista atrás, a la entrada anterior y a la parábola, (así la ha llamado alguien), a nuestra pequeña historia del rio y la montaña. Tenemos a nuestro sufrido alpinista-nadador debatiéndose en mitad del rio, sin posibilidad al parecer de alcanzar la orilla, o lo que es lo mismo, iniciar la ascensión, dar comienzo a su verdadero proyecto si no es mediante las ayudas que él, por la razón que fuese, esperaba o le habían prometido. Es indistinto ahora, sabe que no puede contar con ellas. Pero sí es importante que se pregunte el porqué, porqué a otros sí y a él no, porqué en los países vecinos sí y en el suyo no, (aunque esto ya lo sabía), qué es lo que ha hecho mal, porque es indudable que en este aspecto ha debido de hacer algo muy mal.  Tomemos nota; es este un dato importante que tendremos que dilucidar.

También se da cuenta de la gran cantidad de gente que acude cada día a la orilla, que se interesan por su aventura y le animan; cada día más, su número crece sin parar. Entre ellos hay muchos que ya escalan, otros ajenos completamente a esta pasión pero a quienes interesa tal vez la dimensión humana de su reto, la posibilidad de extrapolarlo a las cosas que a ellos les interesan; y  luego están, por supuesto, aquellos a quienes les gustaría escalar pero nunca se lo han planteado como una posibilidad real al tenerlo como inalcanzable por diversos motivos. Uno, posiblemente, la visión tan lejana que tienen las autoridades de su orilla del alpinismo, de aquellas montañas al otro lado del rio;  tan visitadas, para ellos con desconcertante normalidad, en los países vecinos por gente de toda condición. A éstos tal vez les mueve, piensa nuestro alpinista, el hecho de que alguien que es como ellos, que no es un escalador profesional ni famoso, que no dispone de grandes medios pretenda realizar sin embargo la expedición más compleja y exigente con un equipo de base tan accesible que cualquiera de ellos podría conseguir.

Este número de personas asiduas de la orilla, su carácter siempre creciente, sus motivaciones y la relación de éstas con la filosofía particular de la expedición es otra de las variables, sino la más trascendente,  a considerar;  tenemos aquí varios datos más: un número siempre creciente, alguna constante y tal vez un número adimensional.

Llama la atención de nuestro sufrido nadador circunstancial el hecho de que siendo tanta gente la que cada día se congrega en la orilla no haya sentido aun ninguna reacción por parte de las autoridades de esta orilla, ni de las de su pueblo. Intuye que este hecho ha de tener forzosamente estrecha relación con el primero que hemos anotado.

Prosigamos.

He aquí un factor de vital importancia que por sí mismo nos ayudara a dilucidar cuál de las dos soluciones de nuestra ecuación debemos desechar, y es,  ésta,  una información que siempre ha estado presente a lo largo del relato, que se ha reiterado muchas veces en el enunciado: El tipo no va a volver jamás a la orilla sin haber realizado la expedición.

Otra consideración a tener en cuenta es que algunas gentes de las que acuden a su orilla, e incluso desde otras orillas del rio, le dan dado a entender al nadador que también se acercan porque les gusta la forma en que les refiere sus avatares. Esto en un principio sorprendió mucho al tipo, pero con el tiempo ha encontrado gran satisfacción en ello y resulta para él un aliciente más que viene a alimentar sus deseos de continuar y le lleva a esforzarse en referir sus aventuras lo mejor posible, aunque a veces le lleve un gran trabajo al tener que estar siempre nadando.

Y para acabar dos cuestiones más a tener en cuenta sobre  las que no será necesario demorarse en obtener conclusiones ya que son hechos constatados pero determinantes en el resultado final.

Una: Nuestro alpinista lleva a la espalda, en mitad del rio, un equipo básico y aunque insuficiente para acometer el pico que pretende, bastante para de alguna manera poder escalar.

Dos: El insensato no se pone límites a lo que tenga que hacer ni a los rodeos que tenga que dar para alcanzar la otra orilla e iniciar su expedición. Sabe, como saben los marinos, que no siempre la loxodrómica es la distancia más corta entre dos puertos, o entre un puerto y un sueño.

P.D  – Yo ya despejé la incógnita hace tiempo, (si, ya sé que yo tengo ventaja), pero poderosas razones me impedían hasta ahora desvelarla.

En cualquier caso, si queréis, podéis ir haciendo números. Aunque juntos la iremos resolviendo.

Hasta pronto.

Luis Miranda, 13 de Enero de 2011, desde el “Vito”