Antes de poder traer el «Pilar Ortiz» desde el varadero hasta el pequeño «astillero», ademas del problema de contratar el camión con grúa habia otro asunto que resolver. Necesitabamos una base o cuna donde apoyarlo al llegar alli, ya que un barco no se puede dejar directamente en el suelo. Además, esta base debia cumplir unos requisitos que los apoyos corrientes a base de patas o puntales que se utilizan normalmente en los varaderos no cumplen. En ellos siempre hay cuatro o más puntos de la carena que permanecen ocultos e inaccesibles donde el casco se apoya y que no permiten nunca trabajar en él sin solución de continuidad y hay que ir levantando el barco y cambiando estos apoyos de sitio.
Con el tipo de trabajo a realizar en el «Pilar Ortiz» esto resulta inadmisible, asi que la primera condición que debia reunir este soporte es que dejase totalmente accesible el casco en todos sus puntos. El tener desmontada la orza facilita mucho las cosas en este aspecto.
La segunda es que fuese lo suficientemente sólido, rígido y estable para soportar el peso del barco y los momentos de vuelco transversal a pesar de un área de apoyo tan pequeña y prácticamente limitada a su eje longuitudinal. En cualquier caso, estos pares de vuelco son facilmente anulables bloqueando el barco con puntales horizontales desde la regala de aluminio a las paredes del «astillero», que quedan a metro ochenta de la manga máxima.
La tercera es que permita acercarse al casco durante el trabajo desde cualquier ángulo y con el menor estorbo.
La cuarta, que sirva de soporte tanto al casco como a la orza, para poder trabajar sobre ella teniendola invertida y accesible en todos sus puntos.
La quinta, y ya acabamos, es que sus apoyos fuesen facilmente regulables en altura para ponerlo perfectamente a nivel sobre la irregular solera de hormigón del «astillero».
Y aun me olvidaba de una última condición muy importante dadas las circunstancias; debia de ser extremadamente barato de construir.
Con estas premisas me aplique a diseñarlo porque a la mañana siguiente iría con Luis Martinez y la furgoneta en busca de hierros de ocasión que nos pudieran servir. Tras un par de visitas y con un presupuesto, aunque de hierros nuevos, nos encaminamos al taller de Javi, donde ibamos a realizar los cortes y las soldaduras. Alli pronto nos dimos cuenta de que echando mano de unos cuantos retales y restos de vigas nos podiamos arreglar, tan solo era necesario introducir algunas modificaciones al diseño sobre la marcha. De este modo nos emplazamos para la mañana siguiente temprano para comenzar el trabajo.
Con el fin de no interrumpirnos a mediodia planeamos tambien comer alli, asi que como el ahorro en los hierros iba a ser considerable invertí parte del presupuesto en la carniceria y en un buen acopio de cervezas. Tres kilos de carne para una dura jornada de hierros con barbacoa incluida.
El primer paso fue encontrar el hierro que nos sirviera de base para el apoyo del barco y, aunque el diseño inicial preveia una pletina de 20 m.m para esta función, encontramos un trozo de viga UPN con las medidas casi perfectas. Y fue un cambio a mejor. La gran inercia que la UPN proporcionaba a la base nos liberaba de añadir a la estructura varios apoyos para evitar que flechase, cosa que la pletina si iba a necesitar. Esto aligeró y simplificó el diseño, lo cual siempre es positivo.
Con restos de otras UPNes mas pequeñas, de 10, se harian las patas y los travesaños transversales. Luis Martinez propuso aqui otro cambio dandoles mas anchura de la prevista y la cosa mejoró aun más. Su experiencia como soldador y calderero es un grado. Ademas, una cosa es el autocad y la calculadora y otra muy distinta tener los hierros por la mano, asi que en esta ocasión lo de mayorar las cargas se hizo aplicando la fórmula de «ande o no ande…..» aunque siempre cuidando un poco el estilo en el diseño. Asi pues, comenzamos a construir esta gran «araña».
Nos fuimos repartiendo las tareas, quedando yo al cargo principalmente de cortar y taladrar, porque mis primeras soldaduras pusieron a prueba la paciencia de Luis Martinez, que anduvo tras de mi reparando mis desaguisados, y alguna que otra carcajada de los presentes. He de decir que he ido mejorando. Uno de los primeros trabajos fue taladrar la plantilla de agujeros en la base identica a la del quillote del barco y la parte superior de la orza por donde pasarán los pernos, para sujetar el casco o la orza, segun lo que se este trabajando.
Luis comenzó soldando los travesaños a las alas de la viga que formaría la base.
Despues de cortadas y de dar los ángulos en los extremos, presentamos las patas y se fueron punteando, dejando la soldadura definitiva para cuando estuviese la estructura completa.
Las patas estan dispuestas en ángulo de 45º en planta para abarcar la máxima área de apoyo posible. Tambien salen con este mismo ángulo desde las cabezas de los travesaños. Una vez punteada esta parte de la estructura, la que trabajará a compresión, comenzamos a plantear otra formada por los tirantes, que trabajará a tracción impidiendo que las patas se abran. Lo más sencillo hubiera sido arriostrar el perimetro cerca de los pies pero esto hubiera contravenido una de las condiciones antes impuestas, la tercera, que nos pide poder acercarnos al casco sin estorbos o a la orza cuando este sobre la base. Para ello dispuse una viga central cogiendo dos tirantes abiertos en ángulo hasta las patas en cada extremo. Encontramos unos cuantos restos de perfil T de buena medida que vinieron perfectos y se montaron con la base plana hacia arriba.
Presentamos y punteamos esta segunda estructura.
Ya solo restaba añadir un par de tirantes de pletina desde el centro de los travesaños hasta los nudos de los tirantes para añadir inercia al conjunto y cerrar este pequeño circulo de triángulos. Una vez soldado a conciecia todo el cojunto la «araña» estaba terminada. Como no cabia en mi furgoneta la llevamos en la de Javi, al dia siguiente, y justo a tiempo porque ya esperaba la grua en el varadero para llevar el «Pilar Ortiz» , por fin, hasta el «astillero».
Este soporte ha resultado despues ser muy versatil, sirviendo, ademas de para lo que fue diseñado, como un buen banco de trabajo. Desde aqui mi agradecimento a Luis Martinez, sin cuya ayuda no podria haberlo hecho y por supuesto a Javi, a quien me costo varios dias conseguir que me cobrase por los hierros y el empleo de las maquinas. Cuando por fin accedió me cobró 50 euros. ¿Que puedo decir? Con gente asi a mi lado creo que puedo conseguir hacer cualquier cosa. Gracias.